
Cómo jugar al BlackJack
El blackjack es un juego de mesa de la misma familia que el bacará y el siete y medio. Consiste en sumar los valores de las cartas de cada jugador para aproximarse lo más posible -sin pasarse, eso sí- a 21.
Los valores de las cartas en el blackjack son los nominales de cada carta, excepto las figuras (sota, reina o rey, en la baraja española) que valen 10, y el caso del as, que puede valer tanto 1 como 11.
La jugada que da nombre al juego, el blackjack, se produce cuando el jugador o la casa consiguen 21 exactos con las dos primeras cartas, o sea, un as más un diez o una figura. Cuando ganas con un blackjack, recibes una vez y media lo que hayas apostado, y sólo pierdes en el -improbable- caso de que la casa también tenga blackjack.
Así pues, cuando tanto tú como la casa os hayáis plantado, y en el caso de que nadie se haya pasado de 21, ganará aquel que se acerque más. Si se produce un empate, se te devolverá la apuesta.
Una de las posibilidades cuando juegas tu mano es la de doblar. Esto supone pedir una sola carta más, doblando la apuesta, y es conveniente cuando tus cartas suman 10 o 11. Como recordarás, hay muchas cartas que valen 10 y cabe suponer que es probable que la próxima carta repartida sea una de ellas. Otra posibilidad, que sólo se tiene cuando en el reparto inicial tenemos dos cartas iguales, es la de dividir (split) y jugar dos manos a la vez. Por último, en el caso de que la carta descubierta de la casa sea un as, tendrás la opción de pedir un seguro, apostando la mitad de tu apuesta inicial a que la otra carta vale 10 y por tanto la casa tiene blackjack.